Cómo ayudar a alguien con problemas de alcohol o drogas
Ha llegado la siguiente consulta:
Mi hermano siempre ha sido bueno para el alcohol, y reconozco que antes tomábamos juntos, pero ahora él se ha puesto muy irresponsable. Trato de entenderlo porque estamos en una situación muy compleja como familia, pero a veces me colapsa, se lo digo para que entre en razón, y responde peor. Me dice que exagero, y me reclama que lo escucho poco. Me lo cuestiono, pero yo también trato de adaptarme a esto, y además mantengo mis responsabilidades con la familia que formé. En el fondo no sé qué hacer, y no sé si estoy en posición de ayudarlo. Mi pregunta es si requiere tratamiento, y cómo se hace.
Valoro esta consulta porque es descriptiva y contiene pasajes bastante cercanos a la experiencia. Intentaré analizarla considerando elementos que me parecen importantes también para otras personas con inquietudes similares.
Que usted tomara con su hermano, no implica que usted no esté en posición para ayudarlo.
En este sentido, conviene diferenciar distintos niveles de consumo de alcohol (y de otras drogas). Lo que uno trata no es el consumo de alcohol u otras drogas en sí, sino los “trastornos relacionados con” estas sustancias. Muchas personas beben con fines recreativos, y no llegan a desarrollar un trastorno. Las dificultades comienzan cuando la ingesta de alcohol empieza a convertirse en el modo privilegiado para compartir con otras personas, por ejemplo, o cuando empieza a buscarse para aminorar emociones de alta intensidad, o cuando en el extremo pasa a constituir un modo de evitar los síntomas que produce el cese de un consumo sostenido.
Además, que a usted le preocupe la situación de su hermano, considero que es un buen indicador de que sí está en posición de ayudarlo. Ya veremos cómo.
Para iniciar un tratamiento, se requiere primero un diagnóstico adecuado.
Para ser sintético, los criterios para establecer el diagnóstico de un trastorno por consumo de alcohol, pueden incluir signos y síntomas de deterioro social, exposición a situaciones de riesgo innecesario, pérdida relativa del control del consumo, y adaptación fisiológica al consumo sostenido en el tiempo.
Así, la irresponsabilidad que menciona de su hermano, pudiera ser indicativa de un trastorno, como me parece que usted menciona indirectamente, pero habría que explorarlo más en profundidad.
Las personas no desarrollamos trastornos en el aire.
En este sentido, es importante conocer cómo ha impactado en su hermano la situación familiar que menciona al pasar. Por ejemplo:
- ¿la situación familiar actual ha hecho más evidente una dificultad con el alcohol preexistente?
- ¿contribuyó a que un consumo de riego se cristalizara como un problema?
- ¿habrá habido una situación de más larga data que predispuso tanto la situación familiar actual como la dificultad con el alcohol?
Como fuera, la situación actual también puede contribuir, con el apoyo adecuado, a que el conflicto evolucione positivamente de una buena vez.
Suele ser difícil lidiar con personas que presentan dificultades ligadas al consumo de alcohol.
Es usual sentirse envuelto en demandas altamente ambivalentes y aparentemente sordas, que generan una especie de dilema entre querer cuidar y dejar solo, que pueden desgastar, y dejan una sensación amarga de culpa que en ocasiones atasca el deseo de pedir ayuda.
A veces las familias se deciden a buscar tratamiento solo cuando ocurre algo que supera lo que están dispuestas a tolerar, y entonces requieren de profesionales suficientemente empáticos, técnicamente bien preparados, y con vocación para acompañar en la aventura de reconocer gradualmente aquellos dilemas frente a los cuales las familias y los consultantes no tienen palabras para describir, y de elaborar modos más creativos de vivir.
Opciones de tratamiento.
En Chile existen dos sistemas de salud, que determinan las opciones de tratamiento:
- Sistema público (FONASA): el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (SENDA) brinda financiamiento y asesoría técnica a programas de tratamiento tanto para adolescentes, como para adultos. Puede encontrar un mapa de centros de tratamiento aquí.
- Sistema privado (ISAPRE): también existen equipos de trabajo, muchos iniciados a partir de experiencias en el sistema público, y con diversos modos de funcionamiento, pero que debiesen cumplir con los estándares del Ministerio de Salud.
Mi sugerencia es acercarse a consultar con su hermano, si él está relativamente dispuesto, comentar su situación, y evaluar junto con el equipo cómo continuar. Aquí insistiré en que elijan un equipo de trabajo con el cual su hermano se sienta valorado, y que permita elaborar en conjunto tanto las metas del tratamiento, si lo requiere, como las estrategias para alcanzarlas.
Por otra parte, si su hermano no estuviera suficientemente motivado para consultar, de todos modos puede hacerlo usted, tal vez con alguien más de la familia, para analizar con mayor profundidad su propia posición en la situación actual. El objetivo en este último caso sería que usted pudiera ampliar la comprensión de su posición actual, obteniendo alivio y movilidad en la familia. Esto último pudiera contribuir también a que su hermano se decida a hacer un tratamiento, aunque en definitiva la responsabilidad es personal.
Corolario.
Pretendo que este post haya considerado y ampliado tanto sus propias observaciones como la pregunta que usted hizo, antes que pretender entregarle respuestas absolutas. A veces este modo de proceder genera frustración, y se confunde con relativismo, pero cuando se hace con empatía contribuye hacia una posición más responsable frente a la propia vida.
Lo menciono porque creo que grafica una parte importante del espíritu de tratamiento de una persona con problemas ligados al consumo de alcohol u otras drogas. De hecho, el consumo de alcohol u otras drogas -llevado al extremo- es un ejemplo de respuesta cerrada y absoluta.