¿Para qué sirve ir al psicólogo?

¿Para qué sirve ir al psicólogo?

Un psicólogo es, en palabras simples, un profesional dedicado a prestar atención a cómo las personas establecen relaciones consigo mismas y con otros.

En esta labor, se nos suele encontrar en colegios, empresas, comunidades, hospitales, y consultas privadas, por ejemplo.

Pero ¿qué es lo que hace un psicólogo clínico cuando recibe a otra persona, a una pareja o a una familia en su consulta? ¿Y qué utilidad puede tener?psicologo

La actividad que realizamos ahí, y que se conoce como psicología clínica, tiene varias definiciones bien complicadas, pero creo que también se puede explicar con sencillez.

A mi entender, un psicólogo clínico presta atención sostenida a quienes le consultan, acompañándolas a explorar sus dificultades, a identificar los factores que las mantienen, y a encontrar modos más creativos de lidiar con ésas dificultades también.

Sentirnos escuchados, observados, que nos comuniquen con honestidad lo que provocamos en otros, y, en definitiva, que nos tomen en cuenta, es un requisito esencial para desarrollarnos como seres humanos, y para poder hacer esto mismo por otros.

No obstante, hay personas que no han tenido esta oportunidad, bien sea en su desarrollo global, en ciertas áreas específicas de sus vidas, o frente a ciertos desafíos que la vida les impone en el presente.

Uno pudiera rastrear las causas de todo esto en diferentes tipos y grados de fallas del ambiente, así como en temperamentos más complejos y que ponen en jaque la capacidad de un ambiente promedio.

Pero, más allá de todo esto, uno espera que la atención clínica de un psicólogo contribuya primordialmente a abrir y sostener un espacio de reflexión que comienza con los dilemas existenciales, las dificultades de adaptación, los síntomas de más larga data, o bien los trastornos que de plano han comenzado a temprana edad, pero que, como adelantaba, también ayude a desplegar la creatividad del mismo consultante, para encontrar otros modos de afrontar sus circunstancias.

Ahora bien, la atención psicológica de ningún modo excluye que una persona tenga una red de amigos u otras personas cercanas con quienes pueda explorar sus experiencias. Más bien esto resulta deseable.

Pero las sociedades actuales tienden a acelerarse, y eso plantea dificultades para encontrar personas y grupos que se den el tiempo para conversar, para escucharse mutuamente, y para emocionarse si es necesario.

Más allá de este fenómeno, que es social, y del cual la psicología es un poco un efecto también, la consulta de un psicólogo plantea otros beneficios

¿Qué beneficios específicos tiene ir donde un psicólogo clínico?

A mi entender, el encuadre de una consulta psicológica debiese ofrecer ciertos beneficios básicos, más allá de la orientación teórica y técnica de cada psicoterapeuta, y que no siempre se encuentran en las relaciones cotidianas:

  • Estabilidad: un lugar y horario predecible de reunión, que permite fortalecer un espacio similar en el fuero interno también.
  • Confidencialidad: resguardo de la información que cada consultante entrega, garantizado por Ley.
  • Abstinencia: compromiso por mantener el foco en la exploración de la experiencia del consultante, y no en las necesidades personales del terapeuta. Estas últimas quedan limitadas exclusivamente al pago acordado de las sesiones.
  • Apertura mental: interés y empatía con la experiencia humana, cultivado por medio de la formación básica en campos aledaños a la psicología (antropología, filosofía, sociología, etc.), por medio de su aplicación en diversos ámbitos de acción de la psicología (comunidades, empresas, colegios, etc.), por medio de una especialización en salud mental (psicopatología, psicodiagnóstico, psicoterapia, etc.), y por medio también de la experiencia personal como paciente, del contacto con otros consultantes, y de la supervisión clínica.
  • Visión relativamente externa: al no participar directamente en otras esferas de la vida del consultante, y al no depender del mismo, un psicólogo está en una posición que le permite tomar distancia para examinar lo que le presenta el paciente. Por supuesto que el psicólogo requiere empatizar para comprender mejor, y sin duda la experiencia del consultante puede resonar con su propia historia también, pero ese flujo se puede diferenciar y poner al servicio del consultante con mayor facilidad.
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